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Qué es la Resiliencia Profunda

¿Qué significa ser resiliente?

Básicamente la Resiliencia es la capacidad que tiene una persona de recuperarse de las adversidades y dificultades. Es importante contarte que la Resiliencia es algo que se adquiere en base a las experiencias de la vida, es decir son habilidades que a medida maduramos vamos desarrollando. Cualquiera puede ser resiliente, es cuestión de trabajo y practica depende mucho de tus propias habilidades y capacidad para digerir las dificultades.

Ser una persona resiliente no significa evadir el estrés o los malos momentos, al contrarío supone aceptarlos, transitarlos y finalmente superarlos para qué la próxima ves que pasemos algo similar ya no nos afecte como la primera ves.

¿Cómo ser una persona Resiliente?

Si bien la psicología nos dice que para ser una persona resiliente se ocupa desarrollar ciertas habilidades que se puedan poner en practica. Son varias cosas las que influyen por ejemplo la capacidad que tiene un individuo para adaptarse a malas situaciones, como este se relaciona con el mundo y que tan flexible mentalmente es esa persona.

Características de personas Resilientes:

  • Se ven a sí mismos como guerreros, saben que cuando todo se torna gris podrán encontrar el camino de vuelta.
  • Pueden afrontar el estrés, ¡y sí! hay personas que son más capaces que otras para sobrellevar el estrés, esta es una habilidad que se puede desarrollar con el tiempo.
  • Se sienten bajo control, una persona resiliente tiene un alto enfoque de autocontrol interno y saben que su comportamiento puede afectarles a los demás o a ellos mismos.
  • Las personas resilientes se tratan a si mismos como si fueran niños, saben que todas las malas emociones que están transitando son temporales y es cuestión de tiempo para volver a la normalidad.

Tipos de Resiliencia:

Resiliencia Mental:

La resiliencia mental es la capacidad de una persona para adaptarse a todo aquello que desconoce. Por lo general este tipo de personas son tranquilas y en general siempre encuentran la solución a problemas grandes o pequeños.

 

Resiliencia Emocional:

La resiliencia emocional es aprender a gestionar nuestras emociones, hay personas que tienen mejor control gestionando sus emociones que otras. Calmar nuestros pensamientos y enfrentar todo lo que nos hace sentir mal es algo realmente complicado, pero entender que todo es pasajero nos ayuda a comprender que el como nos sentimos ya sea bien o mal es momentáneo.

Resiliencia Física:


La resiliencia física es básicamente como el cuerpo se adapta y evoluciona a los cambios físicos que requiere, un ejemplo sería por ejemplo como se recupera de una enfermedad o de un entrenamiento de pesas. Esta esta directamente relacionada con beneficios mentales, ya que hacer ejercicio nos ayuda a sentirnos mejor.

Enfócate en lo que puedes controlar:

Enfocarnos en aquello que podemos controlar hace que manejemos menos cantidad de estrés, cuando un problema aparece por lo general es normal sentirse asfixiado o abrumado pero en efecto hay cosas que no podemos controlar. No existe ninguna fuerza cósmica que nos permita controlar a los demás y como reaccionar ante lo que pase a nuestro alrededor, es aprender y crecer.

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