¿Alguna vez te has encontrado tan absorto en una tarea que el mundo que te rodea parece desvanecerse? Son esos momentos en los que te sientes totalmente concentrado, completamente absorto en lo que estás haciendo, casi como si estuvieras en piloto automático. Excepto que estás completamente presente en lugar de centrar tu atención en otra parte.
Eso es precisamente lo que queremos decir cuando hablamos de “estado de flujo”.
Índice
¿Qué significa estar en estado de flujo?
Entonces, ¿qué es exactamente el estado de flujo? Suena un poco místico, estamos de acuerdo. Bueno, imagina un momento en el que por última vez perdiste la noción del tiempo mientras te concentrabas en una actividad específica.
Por lo general, es algo agradable, pero el estado de fluidez también puede ocurrir durante cualquier actividad que requiera toda su atención. Podría ser cualquier cosa, desde estar absorto en las páginas de un buen libro, escuchar música, pintar, hacer jardinería o incluso armar las piezas de un rompecabezas. Profundizar en un proyecto desafiante en el trabajo también puede inducir un estado de flujo.
En cualquiera de estos ejemplos, lo que tiende a suceder es que una vez que sales del estado de flujo, puedes mirar el reloj y darte cuenta de que han pasado horas.
El concepto de “flujo” fue propuesto por primera vez por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi. Describió el flujo como un estado óptimo de conciencia, un punto óptimo en el que estamos tan absortos en una actividad que todo lo demás parece pasar a un segundo plano.
Cuando entramos en el estado de flujo, se producen cambios notables en el cerebro. Nuestra corteza prefrontal, responsable de la autoconciencia y el juicio, se calma, permitiendo que otras regiones del cerebro se sincronicen y funcionen armoniosamente. Los neuroquímicos como la dopamina y las endorfinas inundan nuestro sistema, mejorando nuestra motivación, creatividad y bienestar.
Entonces sí, el estado de flujo es un poco místico, pero también es intensamente humano. Lo mejor de todo es que se puede lograr. Acceder al estado de fluidez consiste en crear esa alineación perfecta entre tus habilidades y el desafío en cuestión, y sumergirte completamente en el momento.
Las 10 características clave del estado de flujo
A medida que continuamos nuestro viaje hacia la comprensión del poder del flujo, es importante recordar que este estado de conciencia no se trata solo de perder la noción del tiempo o sentirse absorto en una actividad. El estado de flujo tiene una huella digital única que lo distingue de otros estados mentales. Aquí están las diez características definitorias que crean las condiciones perfectas para el estado de flujo.
1. Tu concentración se centra en una sola cosa.
El estado de flujo no es tu enfoque diario. Es una concentración intensa y absorbente que se centra en lo que estás haciendo en este momento, y sólo en eso. Es como tener anteojeras, donde la tarea es lo único a la vista (y en la mente… y la acción).
2. Estás haciendo algo desafiante pero alcanzable.
Aquí está la cosa. Para lograr un estado de flujo, tiene que haber el nivel justo de desafío involucrado. Demasiado simple y te aburrirá, demasiado difícil y te abrumará. Tan sorprendente que el equilibrio perfecto entre los dos ayuda a inducir un estado de fluidez. Puede ser útil alinear la actividad con sus habilidades para que haya un nivel de desafío pero también de dominio.
3. Estás involucrado en algo que disfrutas (“motivación intrínseca”)
En estado de fluidez, te impulsa la pura alegría de la actividad en sí. No se trata de recompensa o reconocimiento externo, se trata de esa satisfacción profundamente arraigada que se obtiene simplemente por hacer algo que amas. Esto ayuda a impulsar el estado de flujo.
4. Tu objetivo es muy claro
La claridad es clave para lograr un estado de fluidez. Necesita saber exactamente lo que pretende lograr. Esto proporciona un sentido de dirección y propósito, actuando como un faro que sirve para guiar sus acciones.
5. Obtienes comentarios inmediatos
Cuando estás en flujo, sabes instantáneamente qué tan bien lo estás haciendo. Esta retroalimentación le permite ajustar sus acciones a medida que avanza, manteniéndolo encaminado y en sintonía con su progreso. Por ejemplo, cuando tocas el piano obtienes retroalimentación en tiempo real: cuando tocas la nota correcta suena armonioso, pero tocar la nota incorrecta altera la melodía.
6. Sientes una sensación de control
Esto no significa que todo sea predecible o esté bajo su control. Más bien, se trata de sentirse seguro para gestionar la tarea y responder a los desafíos de forma eficaz.
7. Pierdes cualquier sentimiento de timidez.
En un estado de fluidez, tu concentración es tan intensa que las dudas y las inhibiciones se desvanecen. No te preocupa fracasar ni lo que puedan pensar los demás. Estás completamente absorto en la tarea. Esa es la verdadera esencia del flujo.
8. Pierdes la noción del tiempo
¿Alguna vez has notado cómo el tiempo parece volar cuando te diviertes? ¿O a veces puede parecer que se está estirando? Cuando estás en un estado de fluidez, tu percepción del tiempo se altera de una manera que normalmente te hace sentir como si hubieras perdido la noción del tiempo.
9. Te sientes conectado con lo que estás haciendo (y en paz)
En el estado de fluidez, hay un sentimiento de profunda armonía, conexión y paz presente entre usted y la tarea en cuestión. Es como un baile en el que tú y tu actividad se sincronizan, creando una experiencia armoniosa que puede perdurar después.
10. Podrías terminar olvidándote de las necesidades físicas.
Cuando estás en estado de fluidez, no es raro que te olvides de comer, beber o estirar las piernas. Esto se debe a que estás tan concentrado y absorto en la tarea que tienes entre manos que te desconectas de tu cuerpo. Eso no es necesariamente algo malo, pero un ruido de estómago, una vejiga llena o un calambre en las piernas pueden sacarte de tu flujo en algún momento y recordarte que debes ocuparte de tus necesidades físicas.
Cada característica del estado de flujo actúa como las piezas del rompecabezas: una vez que están todas alineadas, el estado de flujo, bueno, fluye. No es necesario que estén presentes todos al mismo tiempo, pero cuantas más piezas del rompecabezas del estado de flujo tenga, más probabilidades habrá de lograr el flujo.
Pero conocer estas características es sólo la mitad de la batalla. El verdadero desafío es preparar el escenario para que prosperen las condiciones necesarias para que prospere el estado de flujo.
Los beneficios del estado de flujo en el bienestar.
Flow no se trata sólo de rendir al máximo o perder la noción del tiempo mientras estás absorto en una actividad. Sí, eso es parte de ello, pero la verdadera belleza del estado de fluidez radica en los poderosos beneficios que puede tener para su bienestar.
El estado de fluidez puede favorecer la felicidad: cuando estás plenamente involucrado en una tarea que amas y en la que eres bueno, hay una oleada natural de alegría. Es un estado de pura satisfacción en el que simplemente disfrutas el momento tal como es, sin preocuparte por el futuro ni reflexionar sobre el pasado. Se trata de vivir plenamente el ahora, y allí se puede encontrar mucha felicidad.
El estado de flujo puede aumentar la productividad: puede realizar tareas de manera más efectiva y eficiente con una concentración intensa y una mayor creatividad. Saber que lo has dado todo y has producido algo significativo puede brindarte una profunda sensación de satisfacción.
El estado de fluidez puede ayudarte a cultivar la confianza en ti mismo: afrontar un desafío con éxito y ver tus habilidades en acción puede hacer maravillas con tu confianza en ti mismo. Te muestra de lo que eres realmente capaz, reforzando tu fe en tus habilidades.
El estado de fluidez puede ayudarle a desarrollar una sensación de paz interior: en el estado de fluidez, las preocupaciones y distracciones pasan a un segundo plano. Todo el parloteo mental que hace que muchos de nosotros nos sintamos estresados y ansiosos se calma y puede parecer que finalmente se alivia. Es como tomarse unas minivacaciones justo donde estás.
“Es cuando actuamos libremente, por el bien de la acción misma y no por motivos ulteriores, que aprendemos a ser más de lo que éramos. Cuando elegimos una meta y nos involucramos en ella hasta el límite de la concentración, cualquier cosa que hagamos será placentera. Y una vez que hayamos probado esta alegría, redoblaremos nuestros esfuerzos para volver a saborearla. Así es como crece el yo”.
– Mihaly Csikszentmihalyi, Flow: La psicología de la experiencia óptima
Cómo alcanzar el estado de flujo en 6 pasos
Entonces, ahora que sabemos cómo se ve y se siente el estado de flujo, y cómo beneficia nuestro bienestar, consideremos cómo lograrlo. Aquí tienes una guía sencilla de seis pasos que te ayudará a encontrar tu flujo y entrar en la zona rápidamente.
1. Establece objetivos claros
¿Recuerda que hablamos de tener un objetivo claro como una de las características del flujo? También es el primer paso para alcanzar el estado de flujo. Saber exactamente lo que quieres lograr te da propósito y concentración. Su objetivo podría ser cualquier cosa, desde terminar un capítulo de un libro hasta codificar un algoritmo complejo. Solo asegúrese de que sea claro, preciso y significativo para usted.
2. Elige actividades que disfrutes
La fluidez se vuelve más natural cuando estás involucrado en algo que amas. Podría ser dibujar, hacer jardinería, escribir o resolver problemas matemáticos. Sea lo que sea, deja que tu pasión te guíe.
3. Identifique sus momentos creativos pico
Todos tenemos momentos durante el día en los que estamos más alerta y concentrados. Tal vez seas una persona madrugadora que alcanza su máxima creatividad con el amanecer, o eres un ave nocturna que prospera bajo la luz de la luna. Identifique estos tiempos y programe sus tareas más desafiantes para ellos. Comprender su cronotipo puede ayudar.
4. Establece un ritual previo al flujo
Los rituales pueden indicarle a tu cerebro que es hora de concentrarse. Esto podría ser algo tan simple como preparar una taza de té, organizar su espacio de trabajo o hacer unos minutos de estiramiento. Encuentra un ritual que resuene contigo y conviértelo en parte de tu rutina.
5. Practica la atención plena
El estado de fluidez y la atención plena son dos caras de la misma moneda. Ambos requieren que estés completamente presente en el momento. Las prácticas regulares de atención plena, como la meditación, pueden entrenar su cerebro para mantener la concentración, desconectarse de las distracciones y comprometerse plenamente con la tarea en cuestión. Podrías probar una meditación rápida como parte de tu ritual previo al flujo, como Finding Focus con Jeff Warren.
6. Elimina las distracciones
Seamos realistas, vivimos en un mundo lleno de distracciones. Si vas a encontrar tu flujo, necesitas crear un espacio donde puedas concentrarte. Esto podría significar desactivar las notificaciones, cerrar pestañas innecesarias en su computadora o buscar un lugar tranquilo para trabajar.
¿Te gusto?