Sé que he estado ausente por un tiempo y sé que hay cosas en mí que han cambiado. Lo sé, ya no soy el de antes, pero estoy bien. No sé si eso sea algo bueno para mí o tal vez no sea tan bueno para ti, pero no voy a mentirte, estoy cambiando. Hay cosas en mí que dejé morir lentamente, hay cosas que ya no tenían sentido seguir conservando después de todo, nadie lo valoró. No lo tomes a mal, pero he aprendido a cuidarme un poco más, he aprendido a amarme, a no entregar mi corazón tan fácil como lo hacía antes, a reservar ese lado tan íntimo que muy pocas personas conocen, y es que me cansé de muchas cosas.
Sabes, me cansé de dejarme para después, de pensar en todos los demás antes de atenderme a mí, me cansé de esperar a personas que no vuelven, promesas que se desvanecieron con el tiempo, me cansé de recordar a quienes ya se habían olvidado de mí, sobre todo me cansé de seguir dando lo mejor de mí, aunque no lo notaban. Estoy cambiando porque así lo decidí.
Y sabes una cosa, me siento más ligero, un poco más libre. Quizás necesitaba tocar ese fondo en mi vida para darme cuenta de ello, para armarme de valor y comenzar a hacerlo. El rechazo, el olvido, el silencio, han sido mis mejores maestros y cada una de las personas que me dieron mi mayor lección. Por eso estoy bien, pero ya no soy como antes, así que no intentes buscarme en ese sitio donde antes solías encontrarme, porque ya no estoy ahí, me fui hace mucho tiempo de ese lugar.
Y aunque aún no llego al lugar que tanto deseo, y aún me falta mucho para hacer esa versión que tanto quiero, puedo asegurarte que al menos ya no estoy donde estaba, ya no soy quien antes era. Sí, estoy bien, no hay duda de eso. Aprendí a enfrentar los altibajos de mi vida con valentía y amor, superé obstáculos que en su momento parecían imposibles, pero en ese proceso de crecimiento y transformación, dejé atrás fragmentos de mí que alguna vez consideré fundamentales.
Ya no soy como antes, y aunque esa idea puede parecer aterradora al principio, me doy cuenta de que es parte natural del ciclo de la vida. He cambiado, he evolucionado, estoy creciendo. Y eso está bien. Puede que ya no tenga la misma inocencia de antes, ni la misma nobleza que me llevaba a creer que el mundo era un lugar perfecto y que las personas eran buenas, pero en su lugar, gané sabiduría.
Aprendí a apreciar las pequeñas cosas de mi vida, a valorar relaciones sinceras, y a encontrar belleza en la imperfección del mundo que me rodea. Estoy bien, pero ya no soy como antes, y eso está bien, porque en este viaje de autodescubrimiento, he encontrado una versión más auténtica de mí, una versión que abraza las cicatrices de mi pasado como parte de su historia, y mira hacia el futuro con esperanza y gratitud por todo lo que aún está por venir.
Porque en este sitio en el que me encuentro ahora, confío en Dios y en lo que tiene preparado para mí. Confío en mis propias decisiones y en que puedo hacerme cargo de mi propia vida. Confío en que todo cambio es sano, porque crecer es necesario, y movernos de todo sitio donde no se nos valora, siempre será la decisión más sabia que podemos tomar para nosotros mismos.
Y eso es lo que hice, eso es lo que hago, y lo que seguiré haciendo el día de mañana, porque por amor a mí, por cuidado a mí, definitivamente ya no soy como antes, y esa versión que un día conociste, ya no existe. Si el video te gustó, te hizo darte cuenta de algo, movió algo dentro de ti, o realmente tocó alguna fibra de tu vida, por favor, no te vayas sin antes hacerme saber a través de los comentarios.
Somos muchas personas que hemos cambiado, somos muchas personas que hemos dejado ciertas versiones de nosotros atrás, por nuestro bien, por nuestro cuidado, por amor propio. Cuéntame un poco de tu vida, quiero saber si tú también pasaste por algo así, si también enterraste alguna versión de tu vida que no valoraban, si dejaste de hacer algo por alguien más, y cómo te sientes ahora que decidiste cambiar de corazón.
¿Te gusto?