Querido,
la verdad es que ya no es posible que te dé miedo emprender algo nuevo y que no te aferres a quedarte 40 años en la misma silla soñando con volar. Quieres volar y te sigues juntando con los que te despluman, ¿no te das cuenta que lo único breve en esta tierra somos nosotros? Si sigues viendo el reloj, siempre llegará a estar de la vida en supongamos. Supongamos que eres feliz con lo que tienes en tu vida, ¿ok? Hay paz, hay gozo, bien, mi amor, te has encontrado el contentamiento, pero, pero si hay un deseo y un hambre voraz de crecer, explícitamente encara sus venas. Si dices “así estoy bien”, acabas de firmar el acta de defunción en tu vida, brother. Y si todavía sabes que no has dado tu máximo y que no has quemado tus cartas de nuevo, te pregunto, ¿qué carajos esperas?
El movimiento perfecto y un millón de dólares, el socio soñado, el cazatalentos que te descubre, las ventas y el doble doctorado, la aprobación de la sociedad, la triple confirmación de Dios, brote a tierras en hacer su voluntad en esta vida. No importa que sepas, pero y el mundo mucho más cuando haces con lo que sabes. La experiencia no se adquiere con teoría, flaco, porque si no sería como quitarte el hambre aprendiendo ante el menú. Recuerdo que es mucho más importante estar dispuesto que estar preparado, se puede estar muy preparado pero no estar dispuesto a hacer lo necesario para conseguir tus sueños, autosabotaje puro.
No tengo dinero, no tengo talento, no tengo tiempo, ando en friega, mi jefe es un idiota, mis padres no me apoyan, la sociedad está en mi contra, nadie me ayuda, no tengo talentos, no tengo corazón, no tengo contactos, no tengo pasión, no tengo, si no tienes nada entonces no tienes nada que perder, hazlo. Aquí le tienes miedo al éxito, al compromiso, o acaso crees que no eres digno de brillar nada.
Mejor cambia, mejor ya suelta lo que no es para llevar. No es que no tengas poco tiempo sino que pierdes mucho tiempo. No confundas estar muy ocupado con ser muy productivo y por favor observa las pequeñas grietas en tu vida, ya que estas pequeñas averías generan los grandes derrumbes en nuestra vida. Lo más importante no es cuántas cosas hayas comenzado sino cuántas has terminado. Terminar es mucho más importante que empezar.
Fíjate, fíjate qué satisfacción sentimos al concluir una responsabilidad que nos han asignado. A nada produce más satisfacción que finalizar una tarea pendiente. El mínimo progreso en nuestra vida es un nuevo shot de inspiración y de motivación. Como la mayor causa de estrés en nuestra vida no viene por consecuencias de reflexionar en aquellas cosas que debemos iniciar sino porque meditamos en aquellas cosas que debemos determinar. La historia está llena de grandes iniciadores que murieron sin terminar aquellas cosas que comenzaron. Con esto, somos tremendamente incongruentes, no queremos conquistar nada pero sí queremos, como si todos hubiéramos colonizado.
Pensamos, pensamos que no nos deben nada, ni nadie tiene nada, brother.
Para conquistar hay que entrar en guerra, hay que salir a la batalla, hay que tocar la trompeta, perder por ahí algunos pedazos de piel, recibir golpes, perder algunos compañeros en el proceso de la victoria, o acaso crees que la vida es un picnic, por favor.
Muchas veces tendrás que decir que sí a aquello que dudas o tienes miedo de poder hacer, esta es la única manera de ponerte ante un dilema. Tu vida o te dónde son las sacas del estadio, hazlo de vez en cuando y verás que el precipicio tiene el propósito de hacerte saltar o enseñarte a volar.
De qué te sirve crear un león si no comienzas a rugir, aunque el primer rugido te salga sin poder. Debes enseñar los colmillos desde ya, que todos necesitamos cierto acierto, un poder de velocidad en esta selva. Ruge o quédate como la víctima, cómo van a creer otros si no empiezas a creer en ti. Que no te das cuenta que ese es el precio de ser diferente, el precio de ser diferente puede llegar a ser muy alto, pero el precio de la dignidad y de la felicidad del ser humano, mejor decide ser un loco emprendedor en vez de un empleado amargado.
Deja de repartir currículums y mejor reparte volantes de tu negocio. Apresúrate a equivocarte porque así entenderás que no son errores, sino una experiencia acumulada. Por favor, sobre alimento pero te falta hambre y cuando hagas las cosas, hazlas con amor, con pasión, con paciencia, con sabiduría, con visión, con enfoque, sin temor y sin mirar atrás. Prepárate, no existe mejor inversión que la que haces en tu conocimiento y en tu educación. Estudia, entiende, enfócate, discierne cada palabra, cada libro, devora del mundo, aprende a comer en banquetas y en banquetes.
Cada momento de tu vida debe ser un aprendizaje. No puedes regresar a tu casa y decir “me pude haber vivido sin este día”, eso es un verdadero asesinato, brother. Si quieres la victoria, tendrás que ir a la guerra, ¿capichi?
Gracias a Daniel Habif por este hermoso pensamiento reflexivo.
¿Te gusto?